Y es que contigo, cada día es una expedición sin garantías. Nada está escrito. Eres brújula rota y, aun así, Norte. Trazas senderos invisibles con tus pasos, y en tus palabras nacen mapas secretos que solo se revelan si uno sabe mirar más allá de lo evidente. Tu voz no describe el paisaje: lo transforma. Y cada gesto tuyo es una señal, un indicio, un rastro a seguir justo antes de que desaparezca entre la niebla.
Y, por si fuera poco, luego están tus ojos… esos ojos color de noche, donde las estrellas parecen detenerse solo para reflejarse. No miras: abres portales. En cada mirada tuya hay una promesa de mundos extraordinarios, de realidades que no aparecen en ningún libro de texto. Cada vez que me encuentro en ellos, algo se abre, algo cambia. Es como si el universo entero se reordenara y me mostrara un destino que solo tú conoces, uno distinto cada vez.
Tal vez por eso, caminar a tu lado es andar por tierra viva, impredecible. No es inseguridad, es renovación constante. Tu sonrisa, esa sonrisa tan tuya, es un puente colgante entre lo que parece seguro y lo que de pronto se convierte en magia. Y en medio de esa dulzura tuya, de esa candidez que parece ligera como brisa, habita una fuerza profunda. No es debilidad tú candidez: es elección. Es que no necesitas levantar la voz para que se sepa que estás firme. Tienes esa serenidad que sólo tienen las mujeres que se conocen a si mismas, que han elegido su camino y no lo explican, simplemente lo caminan. Cada una de tus decisiones lleva el pulso de alguien que no se disculpa por ser.Y aunque ya habitas tu fuerza con naturalidad, sigues creciendo. Más de lo que tú misma alcanzas a notar. Y cambias sin ruido, como las estaciones que entienden el tiempo. Cada día salta en ti una chispa nueva, algo inesperado que te vuelve hermosamente impredecible. Me obliga, sin tu pedirlo, a estar muy pendiente, a no perder ni un solo matiz de ese universo de luces que dejas escapar a ratos, como si abrieras el cielo por instantes para quien sepa mirar.
Tú no eres un destino, eres travesía. No se te conquista: se te descubre a diario. Y aun así, hay espacio en tu mundo. Espacio para quien se atreve a andar sin certezas, a leer tus señales, a entender que contigo la aventura no es una opción: es la única forma posible de existir.
Porque en ti, cada transformación es una clave, cada silencio, una historia aún no contada. Tu vida es un sendero en expansión, un mapa que se dibuja al andar. Y yo, que quise detener mi caminar, me encuentro viajero. No por querer entenderte por completo, eso sería ingenuo, sino por el puro gozo de seguir tus señales, sabiendo que cada paso a tu lado es la promesa de un mundo distinto. Un mundo que sólo existe mientras tú lo habitas, y que desaparece misteriosamente si uno deja de mirar con el corazón bien despierto.y otros temas?
Buenas,
ResponderEliminarMuy bonita y romántica, sin empalagar, como a mí me gustan.
Y mira que es complicado hablar del amor sin caer en topicazos...
Una carta preciosa. Enhorabuena, te has dejado el corazón en "el papel".
Saludos!!