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24 enero, 2023

Regreso al Mukumbarí (Microrrelato)

Anciana indigena en una montaña nevada observando un grupo de aguílas que se se acercan con la luna llena de fondo
Luchando contra la violencia del viento helado, la anciana recorrió con la vista el abismo a sus pies mientras ajustaba sobre su pecho la pesada piel de puma con la que se protegía.

Entornando los ojos, entonó un canto con una hermosísima voz que se elevó por encima del ensordecedor ruido provocado por el viento:

Mukumbariiii —.  Cantó con una dulzura angelical que, a pesar de la furia del viento, rebotó en cada roca de aquellas montañas multiplicándose y resonando hasta el infinito. 

Sin dejar su canto, la anciana extendió una temblorosa mano hacia adelante ofrendando al abismo una brillante pluma de cristal, refulgente como los rayos de la madre Chía.

Súbitamente, el viento amainó y la noche pareció aclararse mientras la cara de Chía asomaba repleta allá en el horizonte. Como en una alegre celebración, la Luz de madre iluminó las cinco blancas cumbres del Mukumbarí y sus hermanas, tal y como cuando era una niña, provocando lagunas de recuerdos en los cansados ojos de la anciana.

Aquella mujer sonrió al escuchar un ruido de alas que se aproximaban, su ofrenda había sido aceptada y su penitencia terminaba esa noche. Era hora de devolver lo robado en los tiempos en que ella y el mundo eran jóvenes. 

Con la madre Chía de Fondo, cinco formas aladas se aproximaban a la anciana Princesa Caribay, atraídas de nuevo por su canción. Esta vez no huiría, viajaría con las águilas a su reino en el Mukumbarí por toda la eternidad.



La Leyenda

Aunque Venezuela es un País Tropical, hemos sido bendecidos con una extraordinaria variabilidad climática que incluye nuestras propias cumbres nevadas o “Sierra Nevada” de la cual el Pico Bolívar (El “Mukumbarí, donde nace el sol", en lengua indígena) con sus más de 5.000 msnm es el punto mas alto.

Cuenta la leyenda que Caribay, la primera mujer, era hija de Zuhé (El Sol) y Chía (La Luna).  Dotada de una extraordinaria belleza, una hermosísima voz y la habilidad de imitar el canto de las aves, un día Caribay vio en el cielo 5 majestuosas águilas de un refulgente color blanco.  Maravillada por la blancura de su plumaje, la Joven princesa se antojó de adornar su cabello con aquellas plumas. Persiguió las águilas por montes y valles y comenzó a llamarlas imitando a las aves con el canto más hermoso que pudiera recordar.

Engañadas por el mágico llamado, las cinco aves bajaron del cielo posándose adormiladas cada una en el pico de cinco montañas muy cercanas una de la otra. Rápidamente, Caribay alcanzó las aves dormidas para arrancarles las preciadas plumas pero, para su sorpresa, al tocarlas sintió como sus manos se le congelaban ya que se habían convertido en grandes estatuas de hielo. Asustada por aquel prodigio, Caribay huyó despavorida olvidando el canto y buscando refugio en tierras más cálidas.

Dice la leyenda que esa noche, al alumbrar la luna (la madre Chía) las estatuas de hielo, las aves cobraron vida nuevamente y descubrieron el engaño del que habían sido objeto. Furiosas, batieron sus alas con  gran fuerza esparciendo su blanco plumaje por toda la sierra cubriéndola en su totalidad. Desde entonces, cada nevada en la sierra venezolana es un recordatorio del engaño de la Princesa Caribay y la furia de las cinco águilas blancas de la leyenda.
 
Esta leyenda llegó hasta nosotros de la pluma del poeta venezolano Tulio Febres-Cordero, allá al comienzo del siglo XX, quien probablemente se basó en antiguas tradiciones orales de la cultura Indígena Tatuy. La Historia de la Princesa Caribay es una de las mas hermosas Leyendas de los Andes Venezolanos. 
 
En el siguiente enlace  podrás saber más de Don Tulio Febres-Cordero y Leer su historia original: LAS 5 ÁGUILAS BLANCAS
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