Luchando contra la violencia del viento helado, la anciana recorrió con la vista el abismo a sus pies mientras ajustaba sobre su pecho la pesada piel de puma con la que se protegía. Entornando los ojos, entonó un canto con una hermosísima voz que se elevó por encima del ensordecedor ruido provocado por el viento:
— Mukumbariiii —. Cantó con una dulzura angelical que, a pesar de la furia del viento, rebotó en cada roca de aquellas montañas multiplicándose y resonando hasta el infinito.
Sin dejar su canto, la anciana extendió una temblorosa mano hacia adelante ofrendando al abismo una brillante pluma de cristal, refulgente como los rayos de la madre Chía.
Súbitamente, el viento amainó y la noche pareció aclararse mientras la cara de Chía asomaba repleta allá en el horizonte. Como en una alegre celebración, la Luz de madre iluminó las cinco blancas cumbres del Mukumbarí y sus hermanas, tal y como cuando era una niña, provocando lagunas de recuerdos en los cansados ojos de la anciana.
Aquella mujer sonrió al escuchar un ruido de alas que se aproximaban, su ofrenda había sido aceptada y su penitencia terminaba esa noche. Era hora de devolver lo robado en los tiempos en que ella y el mundo eran jóvenes.
Con la madre Chía de Fondo, cinco formas aladas se aproximaban a la anciana Princesa Caribay, atraídas de nuevo por su canción. Esta vez no huiría, viajaría con las águilas a su reino en el Mukumbarí por toda la eternidad.
La Leyenda
Aunque Venezuela es un País Tropical, hemos sido bendecidos con una extraordinaria variabilidad climática que incluye nuestras propias cumbres nevadas o “Sierra Nevada” de la cual el Pico Bolívar (El “Mukumbarí, donde nace el sol", en lengua indígena) con sus más de 5.000 msnm es el punto mas alto.
Cuenta la leyenda que Caribay, la primera mujer, era hija de Zuhé (El Sol) y Chía (La Luna). Dotada de una extraordinaria belleza, una hermosísima voz y la habilidad de imitar el canto de las aves, un día Caribay vio en el cielo 5 majestuosas águilas de un refulgente color blanco. Maravillada por la blancura de su plumaje, la Joven princesa se antojó de adornar su cabello con aquellas plumas. Persiguió las águilas por montes y valles y comenzó a llamarlas imitando a las aves con el canto más hermoso que pudiera recordar.
Engañadas por el mágico llamado, las cinco aves bajaron del cielo posándose adormiladas cada una en el pico de cinco montañas muy cercanas una de la otra. Rápidamente, Caribay alcanzó las aves dormidas para arrancarles las preciadas plumas pero, para su sorpresa, al tocarlas sintió como sus manos se le congelaban ya que se habían convertido en grandes estatuas de hielo. Asustada por aquel prodigio, Caribay huyó despavorida olvidando el canto y buscando refugio en tierras más cálidas.
Dice la leyenda que esa noche, al alumbrar la luna (la madre Chía) las estatuas de hielo, las aves cobraron vida nuevamente y descubrieron el engaño del que habían sido objeto. Furiosas, batieron sus alas con gran fuerza esparciendo su blanco plumaje por toda la sierra cubriéndola en su totalidad. Desde entonces, cada nevada en la sierra venezolana es un recordatorio del engaño de la Princesa Caribay y la furia de las cinco águilas blancas de la leyenda.
Esta leyenda llegó hasta nosotros de la pluma del poeta venezolano Tulio Febres-Cordero, allá al comienzo del siglo XX, quien probablemente se basó en antiguas tradiciones orales de la cultura Indígena Tatuy. La Historia de la Princesa Caribay es una de las mas hermosas Leyendas de los Andes Venezolanos.
En el siguiente enlace podrás saber más de Don Tulio Febres-Cordero y Leer su historia original: LAS 5 ÁGUILAS BLANCAS
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Precioso micro, Octavio. Una leyenda muy mágica y muy evocadora. Me gusta mucho el tono en que la has contado.
ResponderEliminarHola.. Me alegra que haya gustado. Gracias por Comentar
EliminarMagia en este micro, y muy bien estructurado, me gusta tu forma de hacer Octavio. Feliz día y gracias por acercarte a mi blog.
ResponderEliminarHola. Gracias por visitarme... Saludos
EliminarUn mito precioso y el micro más hermoso aún, evocador y entrañable. Saludos.
ResponderEliminarHola, gracias visitarme. Me alegra que te guste, es una de las historias mas hermosas de mi patria... Saludos
EliminarOctavio, excelente micro en el que recreas la leyenda de Mukumbarí, has conseguido en tan pocas palabras atraparme en tu relato y transportarme por completo a ese paraje helado donde la anciana llevaba a cabo el final de su penitencia para iniciar su viaje final. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola. Que bueno que te guste. Saludos
EliminarNo conocía esta leyenda, ya la conozco gracias a tu aporte, gran micro. Un placer leerte. Un abrazo. :)
ResponderEliminarHola, me alegra haberte contado esta historia de mi tierra... Que bueno que te haya gustado. ¡Saludos!
EliminarHola, Octavio:
ResponderEliminarGracias por compartir esta revisitación a la leyenda sobre el Pico Mukumbarí y tu reflexión sobre nuestra conexión con la Naturaleza.
Un abrazo, Octavio.
Hola, sip. La naturaleza y nuestro papel en ella aun es importante en las zonas rurales y periurbanas de nuestro Pais.. ¡Saludos!
EliminarPreciosa la leyenda, y precioso el relato. Tan conmovedora la entrega de la pluma... Un abrazo
ResponderEliminarHola... me alegra haber podido transmitirte esas emociones. Eso es garantía de que las recordarás con caritño, y tal vez en el futuro, puedas contar a otras personas la Historia de Caribay... Saludos
EliminarHola Octavio. Hermosa leyenda de esas tierras Venezolanas la que nos traes en tu micro, asentada supongo que en las tradiciones indígenas precolombinas, y muy bien contada. Un abrazo.
ResponderEliminarHola.. Aunque la leyenda se popularizó en nuestro país gracias a la Pluma de Don Tulio Febres-Cordero, probablemente si fue tomada de las tradiciones rurales indígenas de nuestros páramos andinos... me alegra que te guste. ¡Saludos!
EliminarUna preciosa leyenda, narrada de una manera muy poética. Me ha encantado conocer ese mito venezolano. Un abrazo, Octavio.
ResponderEliminarHola, me hace feliz haberte contado esta historia y que te haya gustado. Es garantía de que las tradiciones de mi Patria vivirán y se multiplicarán cuando la recuerdes y la cuentes a otras personas que no la conozcan.. ¡Saludos!
EliminarUn cuento muy bonito, Octavio. Delicado y poético. Me ha gustado conocer la hermosa leyenda y leer el micro que has escrito.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola... Me alegra que te haya gustado. Gracias por comentar.
EliminarQué hermosa leyenda. Un micro maravilloso, Octavio, felicidades.
ResponderEliminarHola.. gracias por leerme y comentar... me contenta que te guste. ¡Saludos!
EliminarGenial recreación de esa leyenda venezolana y ese Pico Bolívar o Mukumbarí (me gusta más el nombre indígena). He aprendido un montón con lo que cuentas, hasta que te he leído Chía era para mí una semilla con propiedades nutricionales y mira tú por dónde es el nombre de la luna.
ResponderEliminarUn saludo.
Un micro muy bueno y muy bien narrado. La historia, de por sí, ya es muy bella, pero, para mí, ha ganado en calidad al conocer el origen de la leyenda que nos has contado.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Hola Octavio! Preciosa leyenda de tierras venezolanas. Has recreado un entorno mágico que nos transporta de lleno dentro de la historia que narras. Además he aprendido un montón con la explicación de la leyenda que añades tras el micro.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Octavio, ha sido muy hermoso acompañar a través de tus letras a esa mujer, que finalmente consigue pagar la deuda. En la reflexión implícita, me recuerda que nadie se debe apropiar de lo ajeno, un día u otro ha de devolver. !Muy bueno y bonito!
ResponderEliminarY la leyenda es preciosa.
Gracias, por compartir.
Un saludo!
Hola Octavio Un excelente micro. me encanta conocer los mitos de otras culturas y este es muy hermoso. Buen finde
ResponderEliminarNo conocía los mitos de Chía y Caribay! He estado investigando y me parecen geniales! Un abrazo!
ResponderEliminarUn hermoso relato de final casi feliz, sobre todo justo. Las deudas hay que pagarlas antes o después.
ResponderEliminarSe agradece la explicación de la leyenda sin la cual , no aprecia uno todala intensidad del relato.
Abrazo, octavio
Bellísima leyenda, Octavio. Muy bien relatada. Un abrazo
ResponderEliminarHola Octavio, hermoso micro, creado a partir de esta bella e interesante leyenda. Muy atractivo el detalle, al dejar esta explicación junto a estos interesantes enlaces. Un gusto le lectura.
ResponderEliminarChia, Claro la conocemos aqui, con el mismo nombre .... bello relato que da a conocer estas historias que ocurrian en suelo americano
ResponderEliminarHola, Octavio. Muchas gracias por acercarnos la leyenda de tuhermosa y variada tierra, y el mito que nos has ofrecido, compañero. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Octavio. Después de leer tu relato, he ido a Google para saber más de Caribay y Mukumbarí y cuando he vuelto al relato me encuentro que la explicación de la primera mujer, hija del sol y la luna, la dabas. No me ha importado porque me gusta indagar motu proprio. El relato me ha parecido bellísimo y acorde con la leyenda que he leído. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Octavio, una leyendade tú tierra desconocida para mi. Muy contada
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Hola, Octavio, hermosa leyenda la de la princesa Caribay. Al leerla y volver de nuevo a tu relato, me ha entusiasmado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Octavio. Gracias por compartir con nosotros esta bonita leyenda venezolana, que desconocía. Me parece realmente bello ir descubriendo mitos y leyendas de cada uno de los que nos acercamos al Tintero.
ResponderEliminarMe gusta la forma como la has contado.
Un saludo.
Curiosa la forma como dos compañeros habéis escrito sobre la misma leyenda de forma diferente. Como enriquece ello al tintero, y cuanto aprendemos sobre culturas diferentes pero tan hermanadas unas con otras.
ResponderEliminarPrecioso relato.
Mi abrazo, compañero.
Hola, Octavio, pues este mito me encanta. La de cosas que estoy aprendiendo en esta edición. La magia, el misticismo y esas cosas que tanto me gustan que son las montañas.
ResponderEliminarMuchas gracias por acercarnos a ello.
Un abrazo!
Hola Octavio, es hermoso tu micro, disfruté de leerlo al igual que la leyenda en la que te basaste, no la conocí y me encantó realmente, saludos.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Hola, Octavio. Una historia, la que nos narras, en un tono poético que es muy apropiada para el reto propuesto. Tu explicación de la leyenda como complemento es un detalle porque creo que muchos no la conocíamos.
ResponderEliminarSaludos