No puedo apartar la mirada de la figura frente a mí, hermosa de un modo que me desconcierta. Algo me ata a ese rostro sereno, enmarcado por una cabellera negra, indócil, que como sombra viva cubre sus hombros. Sus ojos oscuros, profundos, vastos, me atrapan con una intensidad que me desarma. No necesita decir nada; su presencia basta para que algo en mí despierte, como si el tiempo, por fin, tuviera sentido.
Un calor extraño me ocupa el pecho. Suave, tibio, como la memoria de algo que jamás viví. No es deseo; es asombro. Es la luz en aquella belleza aún sin nombre.
Ella me mira, inmóvil. Me parece estar atado a aquel instante. Me siento suspendido en un tiempo que no me pertenece, pero percibo su candidez con una claridad que quema. Quisiera hablarle, decirle que en sus ojos hay promesas de mundos intactos, que en su mirada siento algo más que contemplación.
Pero no tengo voz, no tengo cuerpo... ¡Soy apenas mirada!
Ella inclina la cabeza. Un mechón rebelde roza su mejilla mientras lee la placa junto a mí.
Entonces lo recuerdo: soy apenas un retrato en la pared, forjado por un pincel que quiso apresar un alma y solo alcanzó su sombra. Condenado a acompañar a quienes se detienen frente a mí.
Pero nunca antes alguien me había mirado así.
Ella sonríe, apenas. Y por un instante, la eternidad se vuelve leve, casi respirable. En esa levedad descubro lo imposible: hoy, desde mi lienzo, comienzo a vivir.
(Un micro que narre una historia que tenga como protagonista un cuadro, escultura o similar)
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Hola, Octavio, ¡qué bueno! El pintor que solo es capaz, con su pincel, de atrapar la sombra de la persona que retrata y, sin embargo, el propio personaje es luego un cuadro que empieza a vivir estando enmarcado... Muy original, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarMil gracias por participar en el microrreto del Tintero.
Un abrazo. :)
Hola.. gracias por tus comentarios. Que bueno que te guste.
EliminarVaya... ¿Qué se debe sentir si te miraran como a un cuadro si estuvieras atrapado en uno siendo la imagen del retrato?
ResponderEliminarTe escudriñarían cada arruga, cada sombra, cada detalle. Qué repelús.
Hola.. la verdad a veces uno se siente como en un cuadro mientras la gente pasa por delante mirándote de lejitos.. je je.
EliminarQué bonito, Octavio. Un relato muy mágico y lleno de amor. Me ha encantado ese pobre personaje que ansía vivir y se sabe atrapado en el cuadro.
ResponderEliminarHola.. gracias por tus comentarios. Que bueno que te guste
EliminarQué bien narrado lo que puede llegar a sentir ese retrato desde su soledad. Me gustó mucho el final..." Hoy desde mi lienzo comienzo a vivir"... Un abrazo
ResponderEliminarque curioso este fue un retrto dentro de otro retrato, y coincido, los retratos atrapan el alma de los retratados
ResponderEliminarHola.. hay pintores cuyo arte parece otorgarles esa facultad. Saludos!
EliminarTu relato me ha dejado suspendido en esa misma eternidad que describes. Qué poderosa imagen: un retrato que no solo observa, sino que comienza a vivir gracias a una mirada. La forma en que transformas la contemplación en un despertar emocional es profundamente poética. Me encantó cómo el personaje, atrapado en el lienzo, logra sentir algo tan humano como el asombro. Gracias por compartir esta joya que, como toda buena fogata, deja calor incluso después de apagarse. Saludos desde Venezuela
ResponderEliminarHola paisana... Que bueno que te guste. Saludos.
ResponderEliminarMuy bueno el giro de tuerca final que has sabido darle al estupendo relato que nos brindas.
ResponderEliminarPor cierto, el retrato(precioso), me recuerda algo a las obras del iraní hiperrealista Imán Maleki, no sé si será de él, aunque el segundo cuadro final me despista un poco, hay que ver como podemos cambiar las personas de frente o de perfil.
Pero lo importante no solola elección del cuadro, sobre todo la historia que tan bien has sabido contarnos. Te felicito, Octavio. Buen trabajo.
muy poetico felicidades
ResponderEliminarWow Octavio, me encantó tu relato. Nos engañas completamente y cuando se descubre que quien está mirando es el sujeto pintado nos toma de sorpresa. Muy buena descripción de la chica del cuadro. En general un relato que se queda en la memoria para darle vueltas. Enhorahuena.
ResponderEliminarHola Octavio!!
ResponderEliminarMe ha encantado el giro final que da tu historia! Muy romántico y poético! Un abrazote!
Quien mira, es mirado. Qué buena historia Octavio! Nos devuelve el sentido del ver, uno se convierte en lo que mira/pinta. Enhorabuena
ResponderEliminarHola Octavio, un relato muy original y fresco a la vez que nos muestra diferentes miradas y diferentes maneras de vivir.Enhorabuena. Abrazos
ResponderEliminarMuy bello. Me encantó la vuelta que le das y saber que podemos convertir lo plano en redondo. Saludo.
ResponderEliminarMuy bueno, Octavio.
ResponderEliminarHas personificado la obra de arte..¿Qué más puede pedir una obra de arte? Ya es inmortal.
Ahora la chica sabe quien es él, y él no.
Me pregunto si le pasará lo mismo con todos los que lo miran ¿tendrá memoria?
Abrazoo
Un texto precioso, Octavio. Ese final es un giro inesperado que me ha fascinado. Felicidades.
ResponderEliminarHola Octavio,
ResponderEliminarCurioso, un retrato dentro de otro retrato, y además, hecho por un retratado. Lo trágico es cuando un ser de carne y hueso es tratado como si fuera un retratado.
¡Muy buen relato! Felicitaciones. Un abrazo
Marlen
Hola, un relato lleno de magia, admirado y contemplado con amor. Un texto estupendo. Saludos!
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