ll


13 junio, 2023

Un cabo Suelto (Relato Corto)

El polvo y el humo enrarecían el aire de la estancia principal, permitiendo apenas visualizar el desastroso estado de aquella cabaña, con escombros y pedazos de muebles esparcidos por todas partes. El apestoso olor a pólvora, y el gran agujero en donde debía estar la puerta que conduce al exterior, delataban la poderosa explosión que había destruido el lugar.

A medida que el polvo se asentaba y el humo dejaba la habitación, algo más que escombros fue quedando al descubierto. Tan destrozados como todo lo demás, al menos cuatro cuerpos de los que parecían soldados, o algún tipo de combatiente, fueron apareciendo poco a poco esparcidos por toda la habitación. 

Apenas perceptible, un ligero movimiento interrumpe la quietud de la escena. En un rincón, una extrañamente simétrica pila de escombros comenzó a temblar y a rodar poco a poco hacia el piso. Ya sin peso encima, una segunda pila armada con pedazos de alfombra surgió a la luz, subiendo y bajando como si tratara de respirar el aire de la habitación. 

En uno de aquellos movimientos ascendentes, un agujero se abrió en la pila y una mano surgió de repente sosteniendo aun el cuchillo con el cual despejó el paso. Con dificultad,  aquella mano apartó los gruesos trozos de alfombra liberando el rostro de una mujer casi asfixiada por el peso de los tejidos que, sin duda, la protegieron de la explosión que destruyó todo lo que le rodeaba.

Poco a poco, haciendo un enorme esfuerzo, la mujer terminó de  liberarse y, con un gesto de dolor, se puso de pie tratando de recomponerse y obligar a su cuerpo a obedecerla.  

Ensangrentada y vacilante, caminó por el salón observando cuidadosamente cada rincón.  Aparentemente satisfecha, se agachó y recogió una pistola del suelo. Con ágiles y experimentados movimientos, a pesar del evidente dolor, verificó el contenido del cargador y se aseguró de tener una bala en la recamara antes de confirmar, con unas desconfiadas pataditas, que los cuatro hombres estuvieran muertos. 

No se molestó en mirar los rostros de aquellos hombres. Sabía quiénes eran. Los conocía a todos de un tiempo lejano en el que les llamó “Compañeros”. Además, sabía que no encontraría allí la cara que importaba. 

Un gesto de desaliento estremeció su cuerpo al comprender que había fracasado. Aun no terminaba, todavía existía en el mundo alguien que sabía de su vida pasada. Esa vida que había tratado de dejar y que ahora le había encontrado. 

Agotada, apoyó la espalda contra un área despejada de la pared frente al hueco de la puerta y resbaló hasta quedar sentada en el piso polvoriento. Una sonrisa iluminó lo que, limpio de sangre, debía ser un hermoso rostro. 

Mujer sentada en el piso en medio de una habitación destrozada con la puerta abiertaCon los ojos cerrados, pensó en el desastre de aquella cabaña y en lo diferente que eran sus prolijos trabajos en años anteriores. En aquella época en que se sentía poderosa e invencible, imponiendo y derribando gobernantes, infiltrando imperios y mercadeando secretos. Siempre en la sombra, indetectable, sin dejar rastro alguno de su existencia. Todo Muy diferente a aquella ruinosa cabaña.

Orgullosa, llegó a compararse con el titiritero que movía a su antojo los hilos del mundo... Y luego aceptó aquel trabajo. Aquel trabajo que le mostró otra perspectiva de la vida y a partir del cual decidió abandonar todo. Aquel trabajo que no pudo terminar y que para ella significó un nuevo inicio.

Pero, en aquella vida que trató de dejar, si no “trabajas” o no “cumples” eres un cabo suelto. Por eso sabía que vendrían por ella y los esperó por años. Se preparó para ellos, pero había fracasado. Ya no era la misma, había hecho un desastre y uno había escapado… y volvería, nada había cambiado. 

– ¡Clic! – El sonido de un percutor montándose le sacó de sus cavilaciones. Ni siquiera abrió los ojos. Era una loca estúpida, se había descuidado una vez más y la pieza faltante estaba allí, en el hueco de la puerta, apuntándole con un arma. Seguramente sonriendo, regodeándose por lo estúpidamente fácil que le iba a resultar el acabar con ella. Solo le quedaba esperar el golpe definitivo y sentirse agradecida por los últimos años de su vida.

– ¡BANG! –. El potente disparo volvió a llenar de humo y olor a pólvora aquellas ruinas sin más respuesta que el sonido lejano del aleteo asustado de una bandada aves.

Pero la bala nunca llegó. La mujer abrió los ojos y, para su sorpresa, en el hueco de la puerta frente a ella vio a una niña de unos 12 años sosteniendo una humeante escopeta con la que apuntaba a un cuerpo tendido en el piso, aun con un arma montada en su mano.

Silueta de una mujer y una niña saliendo de una habitación tomadas de la mano
Un alivio inmenso remplazó el miedo y resignación que hasta entonces le habían inmovilizado. Allí estaba el resultado de aquella misión que no había podido terminar. La bebé que había pactado asesinar y que había desarmado sus planes con apenas un apretón de su pequeña mano. Allí estaba el avatar de su vida misma, cambiando su destino una vez más. Esta vez para siempre. 

Por primera vez en muchos años, sintió de verdad que el peso de sus acciones ya no le lastraba. Poniéndose de pie con energías renovadas, caminó hacia la puerta y, tomando la mano de la niña, salieron juntas al exterior dejando atrás aquella cabaña y, con ella, una vieja vida que por fin no les recordaría.








palabras Clave: cuento asesino relato corto armas crimen espias mujeres fogata asesina explosion

37 comentarios:

  1. Hola, Octavio. Muchas gracias por participar. Que tengas mucha suerte en el concurso.

    ResponderEliminar
  2. Hola Octavio, muy buen relato. Conmueve la razón por la que la espía desea dejar su vieja vida. Me parece que está muy bien narrado todo, con descripciones claras que nos permiten imaginar la escena. El final es de lo mejor. Mucha suerte en el concurso.

    ResponderEliminar
  3. Una escena muy bien montada. El pasado finalmente la salvó. Mucha suerte en el concurso. Un abrazo, Octavio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola... Gracias por tu comentario. que bueno que te guste. saludos

      Eliminar
  4. Imaginé a la protagonista interpretada por Uma Thurman, bella y talentosa actriz, como en Kill Vol 2.
    Notable giro argumental. Aquella decisión que la puso en peligro mortal fue precisamente la que salvó la vida. Fue acertada decisión que aprendiera a usar armas.
    Y tal vez sea dada por muerta. Y pueda tener, por fin, una vida con esa niña que es como su hija.
    Un relato que aplaudo de pie. Literalmente.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola... Siii, nadie mejor para interpretarla que Uma Thurman. Con ese estilo de belleza asesina.. Me alegra que te guste, Saludos

      Eliminar
  5. Excelente Octavio, un placer leerte. Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola... me alegra que te guste. Gracias por tu comentario. Saludos

      Eliminar
  6. Muy buen relato. Eres maestro retratando escenas y ambientes. el climax tambien esta muy conseguido, y el giro final es otra vuelta de tuerca.
    abrazo y suerte en el concurso.

    ResponderEliminar
  7. Segun iba leyendo era como estar viendo una escena de una película, descrita tan al detalle que ha resultando muy fácil ponerse en esa situación! Me ha gustado mucho tu relato Octavio! Grandes dosis de intriga, fuerza y sensibilidad! Mucha suerte en el concurso y un abrazote!

    ResponderEliminar
  8. Hola Octavio. Un relato de primera. Muchas imágenes, mucho movimiento y sobre todo una gran sensibilidad. Conmovedora la idea, conmovedora la realización. No quiero ser pesada pero te felicito de corazón. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola. Gracias por tus palabras.. una abrazo también para ti. Saludos

      Eliminar
  9. Hola, Octavio. También a mí me ha gustado mucho tu relato. Ese cabo suelto del título le da un giro final estupendo. El tono de desaliento y resignación de la protagonista está muy conseguido y la historia atrapa enseguida. Felicidades y mucha suerte.

    ResponderEliminar
  10. Hola Octavio, gran relato, lleno de intriga y con muy buen final, me encanta también que hayas cogido a una protagonista femenina (varios lo han hecho en el reto) y creo que está muy conseguido. Un abrazo. :)

    ResponderEliminar
  11. Apuesto a que en los buenos tiempos la asesina era una auténtica profesional, pero para esa clase de trabajos es mejor un hombre. El instinto paternal no es tan poderoso como el maternal. O sí...

    ResponderEliminar
  12. Hola Octavio, tremenda historia con un final sorpresivo, nunca lo imaginé, me gusto mucho.
    Suerte en el concurso, saludos.
    PATRICIA F.

    ResponderEliminar
  13. Muy buen relato, suerte en el concurso.
    Un saludo!

    ResponderEliminar
  14. Siempre es bueno tener un backup, alguien que cuida tu espalda en caso de haber una explosión. Aun así una espía que ha asesinado a varios “operativos” SIEMPRE será una presa a capturar, y ya ha entrenado a la niña en esas artes del combate, creo es una vida de la que no puedes escapar. La escena de matar a un hombre siempre quedará en la mente de la chiquilla.

    ResponderEliminar
  15. Nos das una agente entrenada que quiere alejarse de ese mundo del espionaje, y tiene motivos para hacerlo: La chiquilla que es también una campeona de eliminar personas. Las dos juntas por fin lograrán esa libertad, nos has dado un relato que nos pone a alucinar.

    ResponderEliminar
  16. Hola Octavio, una historia trepidante hasta la última letra. Me ha gustado un monto. Suerte. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  17. Hola Octavio, me ha gustado mucho tu relato, tanto por el argumento, la espía que deja de serlo, como por la forma en que está escrito. Enhorabuena. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  18. Un relato donde nos cuentas como esa espía desea abandonarlo todo y como esa niña le libra de sus enemigos y juntas emprende el camino de la libertad
    Un abrazo Octavio y suerte en el concurso
    Puri

    ResponderEliminar
  19. Hola Octavio, un escenario breve para una historia de decisiones complejas que cambiará la vida de estos dos personajes. Entran solas y salen juntas. Dejar una vida de espía atrás me da que tiene que ser difícil. Un abrazote

    ResponderEliminar
  20. Hola, Octavio, gran relato que te atrapa de principio a fin. Al final es cuando comprendemos el sentido del título. Me ha encantado. Felicidades y suerte en el concurso.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  21. Hola Octavio. Las acciones pasadas tienen repercusión en nuestro futuro y tu relato es un claro ejemplo. Tomó una decisión que podía cambiar su vida, y en efecto cambió la suya, la de la niña a la que permitió vivir, y la de sus compañeros que salieron mal parados del enfrentamiento. Un relato con una tensión narrativa que nos va llevando hasta un final inesperado. Mucha suerte en el Tintero. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  22. Hola, Octavio. Creo que hemos coincidido en algo: para ti el cabo suelto que para mí es un fleco. Un elemento esencial en las historias de espías. Has hecho una narración fantástica y muy emotiva. Porque aunque a los espías se les vea fríos en apariencia, no lo son tanto y tienen su corazoncito también. M ha gustado muchísimo.
    Un saludo y surte en el concurso!

    ResponderEliminar
  23. Atrapada por su pasado, pero no por ello pudo salir de él, con cierta ayudita, pero salir al fin y al cabo. Un relato inmenso, con unas descripciones precisas que a veces ponen los pelos de punta y la mente a danzar. Genial, Octavio.
    Mucha suerte en el concurso y un abrazo!

    ResponderEliminar
  24. Hola, Octavio. Hermoso relato con un final de esperanza para la espía que quería cambiar de vida. Lástima que la niña se haya "ensuciado las manos".
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  25. Aunque con retraso, pues son muchos los relatos que participan en este concurso, me alegro que haber llegado a tiempo para leer esta estupenda historia, con un final inesperado y lleno de esperanza.
    Buen relato, Octavio! Que tengas suerte en el concurso.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  26. Hola, Octavio. Un relato crudo como suelen ser las tramas de espías, pero que incluye un final tan inesperado como deseado. A veces pasa lo imposible y ese tren sí que no se puede perder nos lleve a donde nos lleve.
    Saludos y suerte. 😎👍

    ResponderEliminar
  27. De tal palo, tal astilla.
    Muy bien, Octavio!!

    ResponderEliminar
  28. Hola, Octavio.
    Enhorabuena por tu relato. El instinto materno, aunque no con una hija propia, es el protagonista irrefutable. Amor de madre por encima de todo. Las dos hacen un buen equipo. Ojalá tengan una oportunidad de llevar una vida normal.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  29. Hola, Octavio. Soy muy aficionado al cine y tu relato me ha recordado gratamente a otros asesinos que redirigen sus vidas gracias a un niño, como el profesional interpretado por Jean Reno quien ve cómo su mundo se tambalea por la presencia de Mathilda. Te ha quedado un relato muy visual. Te deseo lo mejor en el concurso.

    ResponderEliminar
  30. Me gusta como creas el clima en ese recinto. Las descripciones lo hacen creíble, y ese reconocimiento implacable de los cuerpos le da carácter al personaje; en el primer giro, cuando la chica descubre su fracaso, se establece una inflexión en el relato, pasando de la descripción a la introspección. La historia de su vida parece aflorar de la decepción o del estrés postraumático, y el lector queda atrapado en su discurso hasta que ese percutor actúa como un despertador, anunciando la tensión de un desenlace sangriento. El final es potente, radical, muy propio del género.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar