¡El rojo, solo corta el rojo! –. Resonó desde el suelo el altavoz del teléfono, interrumpiendo el silencio en el minúsculo baño.
Sobresaltado, el hombre limpió el sudor de su frente con la grasienta manga de su camisa mientras observaba el reloj que tenía delante de sí.
Esa mañana la urgencia estomacal que le llevó al baño de su cafetería favorita había pasado de ser, literalmente, una inmensa mierda a una metafóricamente mucho más grande en cuestión de segundos.
Había entrado en aquel cubículo con los pantalones casi abajo cerrando la puerta sin prestar atención a nada que no fuera evitar ensuciar su ropa. Solo al sentirse desahogado levantó la cabeza lo suficiente para ver aquel horrendo aparato pegado a la sucia puerta metálica.
El reloj se conectaba con unos pocos cables a algún tipo de explosivo poderoso que, según los dígitos en la pantalla, le mandaría al infierno con todo y su culo sucio en menos de 15 minutos.
Después de una llamada y varia fotos enviadas estaba allí, ahora con menos de 30 segundos en el reloj, recibiendo instrucciones telefónicas para desarmar el explosivo con su pequeña navaja suiza.
– Vamos, hombre. –. Apremió la voz en el teléfono – Solo son tres cables. Cuídate de los dos verdes, corta el rojo y podrás limpiarte.
Resignado, el hombre sonrió fantaseando con los titulares bizarros del día siguiente:
¡INCREÍBLE! DESCUBRE SU DALTONISMO EN MAL MOMENTO
Y FALLECE EN EL TRONO
Y cortó un cable cualquiera…
palabras Clave: microrrelato rehen ficcion cuento miedo
Hola, Octavio, ¡qué bueno! Jajajajaja, no fue un buen momento para descubrir que era daltónico... Me recordó a la película Arma Letal, creo, no la he visto, pero la escena del WC siempre sale por todos lados, creo que le pasaba algo parecido al protagonista.
ResponderEliminarMuy bueno.
Muchas gracias por sumarte al reto.
Un abrazo. :)
Hola Octavio menuda situación queda la opción que corte el rojo. Si ya se ha reído de si mismo lo mismo lo pueden contratar para TEDAX. Muy bien escrito y muy original. Un abrazo.
ResponderEliminarBuenísimo. Me ha encantado, Octavio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tremenda situacion la de tu relato! Je je! Mal momento seria para descubrir su daltonismo, efectivamente! Je je! Abrazotes!
ResponderEliminarBueno, me has dejado literalmente boquiabierta. Imaginaba cualquier cosa menos un daltonismo. Ha sido genial. ¡¡Enhorabuena!!
ResponderEliminarUn abrazo.
Una escena que suele estar en películas de acción, pensada para provocar tensión en los personajes.
ResponderEliminarEl daltonismo da suspenso extra.
Saludos.
Hola, Octavio.
ResponderEliminar¡Mal momento para descubrir que era daltónico! Me has hecho reír imaginando la situación. ¡Muy logrado reto!
Un abrazo.
Marlen
Menuda situación y menudo final. Me has hecho sonreír, Octavio. Un micro estupendo.
ResponderEliminarClaro, ante un reto sobre los colores, corresponde contraponer un daltónico!!! Brillante idea, gracioso y bien escrito. Un saludo
ResponderEliminarBueno... un 66 por ciento de éxito es bastante. Le auguro éxito.
ResponderEliminarMuy buena la imagen, apoya mucho sl texto, es marca de la casa, ya..
Abrazooi
Genial derroche de imaginación. El final es de lo mejor, me en-can-tó, gracias por un relato interesante, ameno y muy disfrutable. Saludos.
ResponderEliminarHola, Octavio, un micro bien jocoso, con un inesperado y peligroso encuentro casual en un baño y además con un insólito descubrimiento final, ja, ja. Muy bueno y original. Gratos días de fin de mes.
ResponderEliminarHola Octavio. Un relato cargado de buen humor un tanto escatológico y tensión narrativa. El final inesperado y con un buen giro, que da al protagonista un tercio de posibilidades de sobrevivir, que no son muchas. Casi peor que volar por los aires, son las circunstancias en las que podría hacerlo. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Hola Octavio! No me esperaba el final. Mal momento para descubrir que es daltónico si. Un relato muy imaginativo y con pequeñas dosis de humor muy bien situadas.
ResponderEliminarUn saludo.
Vaya, se ve que el terrorista sabía de la dolencia del pobre asesinado, y vaya manera de enterarse, ya podría haberse saltado un semáforo en rojo pensando que era en verde, por lo menos el seguro de circulación lo habría amparado
ResponderEliminarUn abrazo