Han pasado 241 años desde que la familia McCarthy, en la ciudad de Nueva Orleans, recibió una hermosa bebé a la que llamaron “Delphine” y la que, de inmediato, pasó a ser el centro de atención de la familia y una joya de la clase acomodada en la región. Corría el año 1780, en una Luisiana que, para entonces, aún era territorio español.
Comercio de Esclavos |
Delphine Lalaurie |
La gente comenzó a notar que los esclavos de la Mansión Lalaurie se mostraban demacrados y a todas luces, infelices. Sin embargo, Delphine demostraba públicamente aprecio y preocupación por sus esclavos y llegó en algún momento a otorgar la libertad plena a dos de ellos. Inclusive, provocadas por los rumores, se realizaron un par de inspecciones oficiales a su residencia sin encontrar nada raro. Por esto, las cosas no pasaron inicialmente de ser solo rumores y cuentos en reuniones de sociedad.
Sin embargo, poco tiempo después de las inspecciones oficiales, una esclava de los Lalaurie falleció al caer de la parte más alta de la casa. Testigos indicaron que la esclava, una niña de 14 años, corría por el techo de la casa huyendo de Delphine quien la perseguía con un látigo para castigarla. Esto provocó una nueva investigación donde, esta vez, se determinó que Delphine Lalaurie era responsable de malos tratos con sus esclavos. La ley, en castigo, le obligó a vender nueve de sus esclavos. Esclavos que, utilizando sus influencias, Delphine logró recomprar rápidamente.
Desde ese momento, los rumores comenzaron a multiplicarse y la alta sociedad de Nueva Orleans comenzó a evitar a la Mansión Lalaurie y sus habitantes. Además del caso de la niña, se rumoreaba que la cocinera de la mansión permanecía encadenada a la cocina y que las hijas de Delphine eran fuertemente castigadas si se atrevían a hablar con sus esclavos, alimentarlos o defenderlos de alguna forma.
Pero no fue sino hasta 1834 que un hecho fortuito sacó a la luz el verdadero horror de la Mansión Lalaurie.
"Al entrar en uno de los apartamentos, el espectáculo más espantoso se presentó ante sus ojos. Siete esclavos horriblemente mutilados fueron vistos colgados del cuello, con los miembros aparentemente estirados y desgarrados de un extremo al otro... Estos esclavos eran propiedad del demonio en forma de mujer... Habían sido confinados por ella durante varios meses, en la situación de la que así providencialmente habían sido rescatados, y simplemente mantenidos en existencia para prolongar su sufrimiento y hacerles saborear todo lo que la más refinada crueldad podía infligir”
Al hacerse público el descubrimiento, la reacción de los pobladores de nueva Orleans no se hizo esperar... Una turba penetró en la Mansión y destruyó todo lo que pudo antes de que las autoridades lograran controlar la situación. Al final, solo las paredes parecían quedar en pie de lo que fuera el lujoso edificio.
Luego del incendio, Los Lalaurie desaparecieron sin dejar rastro aunque se dice que aprovecharon la conmoción durante los disturbios para escapar a Alabama y de allí a Paris donde terminaron sus días.
No hay forma de saber cuántos esclavos pudieran haber fallecido en la mansión Lalaurie. Durante las investigaciones posteriores, el patio fue excavado y se desenterraron al menos dos cuerpos más incluyendo el de un niño. En los registros oficiales, entre 1830 y 1834 aparece reportada la muerte de al menos 12 esclavos en la mansión de Royal Street incluyendo a una cocinera y una lavandera llamada Bonne y sus cuatro hijos. Aunque en los registros no se menciona las causas de muerte, esto no era extraño cuando se trataba de esclavos. Hoy dia, no hay manera de saber si las muertes fueron causadas por torturas o malos tratos.
Durante los siguientes doscientos años, el edificio se utilizó para diferentes propósitos, incluyendo una escuela pública, un conservatorio, un edificio de apartamentos, un refugio para jóvenes delincuentes, un bar y una tienda de muebles. Durante todo ese período, la herencia oscura del edificio ha ido acumulando una aureola de maldad que poco a poco le ha creado la fama de ser la casa embrujada más famosa de nueva Orleans. Ciudad que ya tiene su propio renombre por ser catalogada como la ciudad con más edificios con este dudoso honor.
Las historias de la mansión comenzaron inmediatamente después de la huida de los Lalaurie, ya que la gente aseguraba escuchar los gritos fantasmales de sus víctimas saliendo por las noches de la ruinosa casa. Nadie parece haber tenido ninguna experiencia con el espíritu de Delphine Lalaurie pero se ha dicho que vaga por el cementerio cercano.
Desde 1834, los registros notariales muestran que nadie ha vivido en el 1140 de Royal Street durante más de cinco años seguidos, y muchos de los que lo han hecho han sufrido de formas extrañas después de mudarse. Se sabe que la muerte, la bancarrota e incluso la locura han afectado a algunos de sus antiguos habitantes.
Ni siquiera los famosos parecen estar a salvo de la mala influencia de la casa. En el 2007, el actor Nicolas Cage compró la casa por 3,45 millones de dólares. En ese mismo período, el actor sufrió dificultades financieras que llevaron a que el banco ejecutara la hipoteca dos años después, vendiéndose el edificio por mucho menos de su valor real.
Desde el 2013, La mansión es propiedad privada de un magnate petrolero de Texas. Y actualmente, el dueño NO PERMITE VISITAS. Y parece que tiende a no tomar muy amablemente los tours que llevan diariamente a cientos de personas a la acera de enfrente.
En su tercera temporada, la Serie de terror norteamericana American Horror Story: Coven, otorgó una parte de la trama a una versión de Delphine Lalaurie y a su Mansión. Sin embargo, los set correspondientes a la mansión fueron filmados en otros edificios turísticos de Nueva Orleans ante la imposibilidad de realizar las filmaciones en los ambientes originales.
Así que si quieres conocer en persona la que se ha dado por llamar “la casa más embrujada de los Estados Unidos” tendrás que conformarte con verla de lejitos… o conocerla en este CUENTO DE FOGATA.
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