Cinco años planificando, preparándose para ese día. Memorizó calendarios, planos y rutinas. Aprendió a reconocer cada ruido externo, cada sonido ocasionado por el viento contra su prisión.
Tanto cuidado para preparar su plan de fuga y ahora todo parecía irse al demonio. Allí parado en la calle, a medio centenar de metros de la libertad, el miedo más profundo le paralizaba al observar con terror lo único que no había previsto.
Es que en la estrecha vereda, justo en medio de él y su libertad, la materialización de sus más oscuras pesadillas le miraba con maléficos ojos. Ojos en los que se revelaba cierto brillo de burla.
Toda una vida creando hábitos seguros basados en el miedo. Tanto calcular movimientos para evitar encuentros fortuitos y allí estaba el maldito mirándole, saboteando su vida una vez más.
De pronto, aquel engendro del infierno dio un pequeño paso hacia adelante y esa cosa asquerosa salió de su boca en búsqueda de quién sabe qué presa en la oscuridad… Y eso fue todo. De un salto dio la espalda a su enemigo y, con la premura del que huye del diablo mismo, corrió a la seguridad de lo que antes consideraba su prisión y ahora veía como su refugio.
Ya en su cama, el hombre comenzó nuevamente a planear su futura fuga. Comenzó a registrar nuevamente planos, sonidos y rutinas. Pero esta vez tomó nota mentalmente - Para el día cero, asegurarse de que ¡NO HAYA SAPOS!
Nota: La Bufonofobia (Miedo irracional y exagerado a los sapos) es uno de los cientos de trastornos de ansiedad comúnmente conocidos como “Fobias”. Aunque sus síntomas varían en cada persona que la padece, esta fobia es un problema real que puede resultar incapacitante y reviste cierta gravedad en casos en que la ansiedad se torna crítica.
Aunque a muchos puedan parecer exageradas y hasta divertidas, las fobias son un problema serio y las personas que las padecen requieren apoyo y ayuda externa para superarlas o, al menos, convivir con ellas.
Para saber mas: Bufonofobia (miedo a los sapos): síntomas, causas y tratamiento
Puedes escuchar el relato Aquí (3:50 min)
Hermoso regalo el que nos escribes aqui, porque esta fobia es bastante horrenda, completamente imprevista nada mas el nombre ya asusta (-¿hay un miedo irracional hacia a los nombres de las fobias?-)
ResponderEliminarBufonofobia, a primera vista no podia dar con esta palabra, podria haber sido batraquiofobia.
Definitivamente coincido en que un sapo o una rana, no es el animal mas agradable, algunos tienen verrugas y parasitos. Me siento en el bando de protagonista.
Excelente narracion, fue un verdadero disfrute leer tus letras.
Hola.. Gracias por comentar. ja ja, los pobres animalitos no tienen una apariencia muy colaboradora para su imagen.. Según investigué, batracofobia es fobia general a los batracios (sapos y ranas sin xenofobia alguna, ja).. y bufonofobia es algo mas especifico contra los pobres sapos.. saludos.
Eliminar¡Hola, Octavio! Desde luego que con este micro has sabido mostrar hasta qué punto una fobia puede suponer un problema real para quien la padece. Un preso incapaz de superar la visión del sapo, el único obstáculo para su libertad, es algo que nos hace una idea de lo incapacitante que puede resultar una fobia. Fantástico micro! Un abrazo!
ResponderEliminarHola.. Gracias por comentar. Asi es, hay que estar en las botas de quienes las sufren para entender la magnitud de su influencia. Yo mismo tengo un par que no me incapacitan pero si pueden ser un problema en algunas oportunidades.
EliminarMuy bueno!!
ResponderEliminarHola.. Gracias por comentar, me alegra que te haya gustado..
EliminarHola, Octavio! Como tú bien lo resaltas, una fobia puede parecer algo gracioso, de hecho nos reimos cuando vemos que el hombre tras las rejas le teme a un pequeño sapo, pero es algo para tomarse muy en serio.
ResponderEliminarMuy buen micro! Me gustó la forma en que nos llevas a ciegas hasta revelar el final, sorprendente y gracioso, justamente por esa cuestión de que quien no lo padece, lo ve como algo ridículo.
Un abrazo
Hola. Gracias por comentar. Asi es, hay que padecerlas para comprender la carga que llevan los que las padecen.. Saludos
EliminarMuy bueno el relato, me ha gustado mucho. Muy bien hecha a trama y su desarrollo ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarEn cuanto a lo que dices como colofón acerca de las fobias estoy completamente de acuerdo. Al final nunca se superan, se llevan mejor o peor según el día y el ánimo. Y, sobre todo, no son cuestión de mofa. Gracias por dejarlo claro.
Un abrazo.
Hola, me alegro que te gustara. Uno tiene la tendencia a minimizar los males de los demás sin entender como le afectan en su realidad.. Gracias por comentar.
EliminarPues algunos sapos si se besan, cuentan los cuentos, se convierten en príncipes. Y algunos eméritos en sapos, pero ese es otro cuento.
ResponderEliminarOctavio, buen micro, llevándonos de los ojos hasta el final, a pesar de saber había que plantear una fobia obligatoriamente.
Un cordial saludo, compañero.
Ja ja, ja, las pillas al vuelo. Como los sapos a las moscas.
Eliminar:)
Eliminarja ja.. creo que me perdí de algo aqui.. Gracias tara e Isan por comentar. Me alegra que les gustara el micro.. Saludos
Eliminar¡Claro!, normal que no lo entendieras, acabo de ver que eres de Venezuela, Octavio. Nos referimos como "emérito" al Rey cesante de España Juan Carlos, que nos salió "rana" o "sapo", vamos, que hizo las cosas muy mal y que de Rey reinante ha devaluado en sapo, al revés de los cuentos de príncipes y princesas.
EliminarSaludos cordiales,Octavio.
Ah!... ahora si entiendo.. Gracias por esa explicación con la que de verdad me identifico. Creeme, de esa lana tenemos un gran ovillo por aqui.
EliminarMuy buen micro con una fobia bastante desagradable. ¿¡Quién iba a decir que un sapo coartaría un intento de fuga?! Muy bueno, compañero. Saludos.
ResponderEliminarHola.. Me alegra que te gustara. verdad que si es desagradable?.. los porbres sapos no estan muy favorecidos en realidad.. y aún asi algunos consiguen quien los bese.. abrazos
EliminarHola, Octavio. Que mala pata, hace lo más difícil y no puede con un sapo plantado delante de él. Has hecho bien en guardar la sorpresa para el final. Pues no es un miedo tan raro que yo he conocido a quien le asustaban y eso que aquí aparte de feos son inofensivos.
ResponderEliminarSaludos 🖐
Hola, gracias por comentar. Si los pobres sapos son inofensivos y sin embargo son más los que tienen bufonofobia o simplemente asco sin ellos hacer nada para ganarse esos enemigos... saludos
EliminarUna fobia llevada al extremo en una historia sorprendente y que refleja muy bien el efecto del miedo sobre el protagonista. Un micro genial, Octavio.
ResponderEliminarHola.. Gracias por comentar. me alegra que te gustara. Saludos
EliminarHola, Octavio. Jodé, con lo que me gustan las pelis de evasiones y esta fuga que casi la teníamos, se frustra ¡por un sapo! Has hecho una buena descripción. Conforme leía creía que se trataba de algún monstruo o algo asi, aunque para el que padece la fobia, puede ser igual. Un saludo.
ResponderEliminarJa ja, te imaginas que los fugados de Alcatraz hubieran pasado por este trance?.. la pelicula hubiera resultado desepcionante.. ja ja.. Gracias por comentar. saludos
Eliminar¡Hola, Octavio! Me ha gustado mucho, sobre todo, cómo eres capaz de mostrar en tan breve relato cómo una fobia, que puede resultar incomprensible para otros, es capaz de arruinarte incluso los planes más importantes. Tus palabras esconden una reflexión muy interesante. Me ha gustado mucho. Un saludo desde la Buhardilla de Tristán.
ResponderEliminarHola.. Gracias por comentar. me alegra que te gustara. En realidad el miedo, cualquier clase, puede arruinarte muchos planes aun cuando sean, aparentemente, injustificados.. Saludos
EliminarTambién es mala suerte, ir a fugarse y encontrarse con un sapo. A mí esos bichos también me dan mucho asco, así que comprendo que prefiriera volverse a la celda.
ResponderEliminarMuy buen micro y una excelente redacción.
Un saludo.
Hola.. es que uno no sabe que cosas le pueden salir mal por mucho que uno se planifique... ja. Yo no les tengo fobia pero si puedo evitarlos lo hago, no son muy agradables en realidad... Gracias por comentar.
EliminarBuena historia, es preferible la cárcel que enfrentarse a tus miedos.
ResponderEliminarUn saludo, por aquí me quedo leyendo.
Hola.. Bienvenido cuando quieras darte un paseo por aqui. Gracias por comentar.
EliminarHola, Octavio. Una evasión que le salió rana, mira que sí. Esta fobia tiene tintes demoníacos, ya que a susodicho animal se le suele relacionar con el maligno. Aun así, es una fobia hacia el miedo racional de un aninalito bastante aparatoso.
ResponderEliminarMuy buen micro.
Un abrazo!
Hola. Imagino que es por su propia apariencia, y por su manía de aparecerse de noche, que se le asocia a cosas oscuras.. Gracias por comentar.
EliminarHola Octavio. Tanta planificación para nada por culpa de un pequeño y verrugoso animal. ¿La próxima tal vez?
ResponderEliminarQué buen relato. Me ha encantado.
Un saludo.
Hola. Me alegro que te haya gustado.. Gracis por comentar.
Eliminar¡Odio los sapos! Una vez pise uno: que sonido más desagradable y que asco.
ResponderEliminarEso sí, tu relato ha estado genial. Un abrazo.
Hola.. no quiero ni imaginar la experiencia de pisar un sapo. todavia me trauma la de pisar las cucarachas.. Ja ja. Gracias por comentar..
EliminarSapos y culebras echaría el tipo este, por ver sus planes de fuga frustrados por culpa de un bufónido.
ResponderEliminarUn abrazo.
ja ja.. Asi es, la fobia debió convertirse en odio por este ultimo saboteo. Gracias por comentar.
EliminarHola Octavio,
ResponderEliminarLa verdad que me ha gustado mucho tu micro, y yo que pensaba que era un ‘monstruo’ distinto, pera mira nada más, que sorpresa me he llevado, era nada menos que un repulsivo sapo!
Te quedo genial!
Saludo
Hola.. seguro que, en su mente, el hombre lo vería como el monstruo mas terrible. Me alegra que te gustara. Gracias por comentar.
EliminarHola Octavio, gran micro, bien narrado, me gustó la descripción inicial, la atmosfera de todo el micro, y la resolución, final, en la que esa prisión se transforma en su refugio, ante la fobia. ¡¡ Saludos!! un abrazo
ResponderEliminarHola. Me alegra que te haya gustado. Gracias por comentar. Un abrazo.
EliminarHola Octavio. Si es que a veces el criminal más despiadado posee los miedos más irracionales, y en este caso le pasa una factura que le va a costar cara. Buen micro, con un final ingenioso. Un saludo.
ResponderEliminarHola. Criminal y honestos, todos tenemos nuestros miedos y cada uno posee sus demonios particulares.. Gracias por comentar. Un Abrazo
EliminarHola Octavio, pensar que pesa mas una fobia a estar encarcelado no es fácil de entender, a menos que se padezca de verdadera fobia, que es distinto del miedo o pánico, que suele ser menos traumatizante y paralizante.
ResponderEliminarEl micro impacta porque abarca la magnitud de la problemática psíquica que representan las fobias. Fue una fuga doble, primero de la cárcel y luego del sapo, ja, ja.
Buena entrega, saludos.
Hola.. ja ja, del miedo al sapo no podrá escaparse el hombre. Con tanta planeación y tanto en juego y lo dejó todo para huir de su enemigo, pasará mucho antes de que el miedo se le quite.. Gracias por comentar, un Abrazo.
EliminarTanto preparar la fuga para al final verse detenido por un sapo, tal y como dice al final la próxima vez tendrá que asegurarse de que no esté allí esperando.
ResponderEliminarMientras espera en la cárcel.
Original esta fobia.
Un abrazo Octavio
Puri
Hola Puri, el problema que se le avisora al pobre hombre es el famoso ¿Y Si?... ¿Y si la próxima vez también se encuentra con el animalito esperándolo?... Algo como para arrancarse los cabellos ¿no?.. Ja Ja. Gracias por comentar.
EliminarHola Octavio , que buen relato desconocía esta fobia , pobre hombre al final tubo que volver a su prisión ,seguro que a la próxima vez le sale mejor , ahora tengo una pequeña duda ¿ Porqué estaba en la cárcel , que hizo y cuantos años le cayeron?
ResponderEliminarahora gracias a ti , ya se una más , te deseo una linda semana saludos de flor.
Hola Flor.. Gracias por comentar. A lo mejor en un futuro nos adentramos un poco más en la vida del hombre y develemos el misterio de su encarcelamiento.. Gracias por comentar y por tus deseos.. Un Abrazo
EliminarHola Octavio, me ha gustado como vas armando el relato para llegar al desenlace y sorprendernos con la fobia. En cuanto sacó la lengua no supe decantarme por un anfibio o un reptil, pero conseguiste la sorpresa final.
ResponderEliminarMe gustó tu relato.
Un abrazo.
Hola Octavio Muy interesante el relato. Sorprendente final. Lástima que la fobia le echó a perder todo el trabajo y era fácil que en la cárcel encontrara agua y vinagre. Mezclando mitad y mitad es un buen repelente para ahuyentar a los sapos. Si tienes oportunidad pásale el dato... Un abrazo 🐾
ResponderEliminarPobres sapos con lo monos que son. No sabía que hubiera una fobia hacia ellos. Desde luego, los odios patológicos son de lo más variado.
ResponderEliminarUn relato muy bien montado.
Un beso.